Valeria y daniel
es la segunda historia de la película. Daniel ( es el jefe de una importante revista, quien engaña a su esposa con Valeria, una modelo española muy conocida, imagen de una importante campaña comercial e invitada a programas de televisión, que goza de un enorme éxito en su vida profesional y también siente un enorme afecto por Richie, su perro. Daniel deja a su familia para quedarse con Valeria, a la cual le compra un apartamento para que puedan vivir juntos y justo en frente de éste se puede ver un anuncio espectacular con una imagen de ella modelando.
Para celebrarlo, Daniel prepara una cena, pero faltaba el componente principal para el brindis por lo que Valeria sale con su auto en busca del ansiado vino, ahí choca con un auto que resulta ser el de Octavio. Luego del accidente, Valeria queda herida de gravedad en una pierna, lo cual la obliga a estar en silla de ruedas con un aparato en su pierna para que recobre la movilidad.
Al día siguiente, Valeria juega con Richie cuando éste cae en un hoyo que ella misma abrió en el piso de su departamento el día de su accidente a causa de una mala pisada en las maderas, quedando el perro atrapado dentro del piso falso; Valeria no logra sacarlo debido al estado en que la dejó el accidente. Valeria empieza a tener problemas serios y no vuelve a ser admitida en su trabajo de modelo por la situación en la que se encuentra, además de la soledad que la invade en el departamento. Comienzan serias discusiones con Daniel y la desgracia no se hace esperar, en una noche Valeria se encierra en su habitación donde Daniel la encuentra inconsciente por lo que es hospitalizada de nuevo y le amputan la pierna debido a que se le desarrolló una gangrena en ella, tras una trombosis generada por el esfuerzo de Valeria en buscar a Richie. Daniel, al recibir la noticia, se desespera y regresa a su apartamento, pero al llegar empieza a oír los ladridos de Richie, en medio de su desesperación se da cuenta de que Richie es lo único que Valeria tiene, y así rompe el suelo de su casa, hasta encontrarlo.
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